miércoles, 2 de noviembre de 2011

Por qué no podemos vivir sin teleseries brasileñas
Son adictivas y han marcado a generaciones. Desde "Roque Santeiro" hasta "El clon". El Hollywood de Sudamérica está en Río de Janeiro y fala portugués. El director Herval Abreu, hijo del brasileño Herval Rossano -el hombre tras "La esclava Isaura"-, entrega aquí pistas para entender por qué Brasil hace las mejores telenovelas del mundo y hoy son productos de exportación.
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¿Cuál es el secreto para que esta industria se haya convertido en un producto de exportación de Brasil?

-O Globo es una casa productora que hace telenovelas con una mentalidad completamente distinta al resto de Latinoamérica. Ellos realizan verdaderas películas. Una teleserie como "Terra Nostra" (1999) es una producción gigante. Me da una envidia enorme la forma en que trabajan. Me pasó durante muchos años viendo a mi padre.

No se trata solamente de un asunto de plata. Es también talento y el tipo de profesionales que trabajan ahí. Una vez vi a mi papá pararse en una locación cuando estaba grabando "Doña Beija" (1986). Se paró en un lugar y dijo: "Está bonito, el ángulo correcto sería mostrar ese paisaje, pero lo voy a evitar porque el caqui llegó a Brasil en tal año y es imposible que estuviera de este tamaño". ¿Quién se va a dar cuenta de ese detalle?, le preguntaron. "Yo me voy a dar cuenta", contestó.

-"La esclava Isaura" (1976) que dirigió tu padre es una de las teleseries más traducidas. ¿Crees que marcó un antes y un después del género?

-A nivel internacional, sí. Abrió las puertas del mundo entero para TV O Globo, porque penetró en países que no acostumbraban a ver telenovelas. Fidel Castro, en uno de sus discursos, dijo que "los americanos si nos quisieran invadir, es cosa de que vinieran a la hora en que están dando 'La esclava Isaura' y nos pillarían a todos por sorpresa, porque estaríamos todos viéndola". Es una historia que ha cruzado distintas generaciones. La versión del 76 en Chile se dio por lo menos cuatro veces.

-¿Por qué el auge de las teleseries comienza en Brasil en la década del 60?

-En esa época se transmitió una telenovela que tocó por primera vez el tema de los hombres, "Beto Rockefeller" (1968). Es una teleserie que cambió el curso de las telenovelas en Brasil porque conquistó al público masculino. Fue cuando se dejó de hacer teleseries mexicanizadas. Ésta era una historia más cercana con el público, el protagonista no era un galán, sino que un hombre de clase media.

-¿Por qué tienen éxito en públicos tan distintos, desde el mercado chileno hasta el chino?

-Porque Brasil es un país atractivo. Los brasileros tienen una personalidad magnética. Río de Janeiro es el lugar más lindo del mundo para vivir. Es un lugar bello, donde pongas una cámara siempre vas a tener un escenario bonito. El resto de las telenovelas que se producen a nivel internacional -México, Venezuela- están muy marcadas por el lado rosa. Chile tal vez es el único país que trata de parecerse a los brasileños, y de hacer un tipo de producciones que hablen de otros temas. Ellos hacen telenovelas sobre la vida de las personas. Y la vida va mucho más allá del amor.

-En términos de producción, ¿cómo es hacer una teleserie en Brasil?

-Cuando tienes la oportunidad de visitar los estudios de Projac en Río, el centro de producción de dramaturgia de O Globo, ellos te dicen que es una fábrica de sueños. Es un lugar donde hay ciudades completas que reflejan el Río de Janeiro actual y al lado tienes una ciudad del siglo XVIII, o una ciudad de los años 40. Recuerdo una vez que estaban haciendo una teleserie sobre el fin del mundo. Había una ciudad escenográfica completa hecha con ríos, con casas, con calles, con plazas y prepararon todo un sistema de efectos especiales para inundarla. Hicieron descender un mar por las calles de esa ciudad en pocos minutos. El trabajo que ellos hacen es precioso.

Martha Gellhorn: La reportera de batalla

Nin­guna de las gue­rras que esta­lla­ron en sus ochenta y nueve años de exis­ten­cia le fue­ron aje­nas. Con­flic­tos peque­ños o masi­vos, cor­tos o pro­lon­ga­dos, ori­gi­na­dos por la disputa de un pedazo de tie­rra o por el con­trol del poder, entre nacio­na­les o con­tra la inva­sión extran­jera; no había una sola tra­ge­dia humana que le fuera ajena. Por eso se hizo periodista.


Ernest Hemingway y Martha Gellhorn
Ernest Heming­way y Martha Gellhorn

No nació repor­tera ni se lo había pro­puesto. De hecho, el escri­tor inglés Nicho­las Sha­kes­peare, quien fue su amigo en los últi­mos años de su vida, recordó en un reve­la­dor apunte bio­grá­fico que publicó en 1998 en la revista “Granta” (ella falle­ció el 15 de febrero de ese año) que antes de que apa­re­ciera un artículo con su nom­bre y ape­llido fue pro­ta­go­nista de un escán­dalo en París cuando la prensa informó que vivía abier­ta­mente un romance impro­pio con Ber­trand de Juve­nel, quien era el hijas­tro y amante de la escri­tora Colette. Eran prin­ci­pios de los 30, Paris era una fiesta, y ella, rubia y enér­gica, tenía algo más de veinte años y había lle­gado por pri­mera vez a Europa con 75 dóla­res en la car­tera, en busca de un tema para su novela. Por­que ella deseaba ser escri­tora y nunca perio­dista. Su época y sus impul­sos la con­vir­tie­ron en repor­tera, una de las más gran­des de todos los tiempos.
Nació en Mis­souri, Esta­dos Uni­dos, en 1908, y su padre fue un migrante pru­siano que amaba via­jar como un con­de­nado; su madre, Edna Fis­chel, fue una indó­mita mujer que par­ti­cipó acti­va­mente en un movi­miento que luchó por el dere­cho de la mujer al  voto. Liber­tad y rebel­día heredó de ambos esta mujer que sólo soñaba con dedi­carse total­mente a la lite­ra­tura y nunca al perio­dismo, cuando en 1936, en un bar de Key West, Flo­rida, cono­ció al escri­tor cuyo nom­bre comen­zaba a reso­nar debido a libros como “Fiesta”, “Adiós a las armas” y “Las ver­des coli­nas de África”. Ernest Heming­way la des­lum­bró dicién­dole que en España había esta­llado una gue­rra civil y que él iría como “corres­pon­sal anti­gue­rra”, como cro­nista de los gue­rre­ros del lado que según él repre­sen­ta­ban la jus­ti­cia y la liber­tad: Los repu­bli­ca­nos. A ella le fas­cinó la defi­ni­ción “corres­pon­sal anti­gue­rra” y aceptó al año siguiente via­jar con él a Madrid, y vivie­ron jun­tos en el mismo hotel. Po si acaso se había con­se­guido un papel que decía que cola­bo­raba en la revista “Collier’s”, pero la ver­dad es que le ate­rraba la idea de ser tes­tigo de tanta vio­len­cia, sobre todo entre con­na­cio­na­les. Así empe­zaba cuando una bomba esta­lló en el hotel y tuvo que salir a ver lo que sucedía.

Martha Gell­horn
Sin nom­brar a Heming­way, en la intro­duc­ción de su libro de cró­ni­cas El ros­tro de la gue­rra recordó ese momento reve­la­dor que la mar­ca­ría para siem­pre: “Unas sema­nas des­pués de haber lle­gado a Madrid, un amigo perio­dista me sugi­rió que escri­biera. Al fin y al cabo, yo era escri­tora, ¿no? Pero, ¿Cómo podría escri­bir sobre la gue­rra, qué sabía yo de ella, y para quién iba a hacerlo? En pri­mer lugar, ¿Cómo empezó todo? ¿Tenía que ocu­rrir algo colo­sal y defi­ni­tivo parapoder escri­bir un artículo? Mi amigo perio­dista sugi­rió que escri­biera sobre Madrid. A quién podría intere­sarle, pre­gunté yo; lo que allí suce­día no era más que la vida coti­diana. El me hizo ver que aque­lla no era la vita coti­diana de todo el mundo. Era la gue­rra”. Tam­bién recordó el envío de una pri­mera cró­nica a la revista “Collier’s”, des­cri­biendo los horro­res del con­flicto y las matan­zas de la pobla­ción civil. Ella creyó que jamás la publi­ca­rían, pero se equi­vocó. La con­tra­ta­ron de inmediato.
Ese fue el prin­ci­pio de una por­ten­tosa carrera de sesenta años que la con­dujo a los esce­na­rios de con­flicto más diver­sos; y así como pudo obser­var la sofis­ti­ca­ción pro­gre­siva de los arma­men­tos, la moder­ni­za­ción de las estra­te­gias béli­cas y la apa­ri­ción de diver­sas for­mas de con­fron­ta­ción de famé­li­cos pue­blos con­tra gran­des poten­cias, tam­bién man­tuvo durante  toda su vida una vigo­rosa cam­paña anti­bé­lica. La más nota­ble de las corres­pon­sa­les de gue­rra del mundo era una con­su­mada paci­fista que nunca declinó su per­ma­nente denun­cia con­tra quie­nes inven­ta­ban bata­llas para engro­sar sus cuen­tas ban­ca­rias. La más devas­ta­dora epi­de­mia de la que toda­vía no se des­prende la huma­ni­dad, decía ella, no era ni la corrup­ción ni la droga sino la venta de armas. Y lo decía con la cer­teza de quien había sido tes­tigo de los peo­res enfren­ta­mien­tos, como una perio­dista a quien le impor­taba más el sufri­miento de la gente que los cubi­le­teos diplo­má­ti­cos para alar­gar  las gue­rras o la efi­ca­cia de las tác­ti­cas béli­cas  con tec­no­lo­gía de punta. Ella pre­fe­ría escri­bir sobre la lucha por la vida, y no sobre las vic­to­rias de la muerte.
En eso se dife­ren­ciaba de Heming­way, a quien le fas­ci­naba jugarse la vida y ado­raba los con­flic­tos arma­dos, pero sobre todo ser pro­ta­go­nista de los mis­mos. Sus cró­ni­cas de la gue­rra civil en España son rela­tos en los que el cen­tro de la aten­ción suele ser él, mien­tras que ella, quien tam­bién había visto lo mismo que él, pre­fe­ría que los com­ba­tien­tes y la gente rela­ta­sen las penu­rias de los días de fuego. Sin embargo, a pesar de ser cons­cien­tes de que tarde o tem­prano sus dis­cre­pan­cias ter­mi­na­rían por ero­sio­nar y ter­mi­nar con su rela­ción, des­pués que ella viajó a Fin­lan­dia para pre­sen­ciar la inva­sión nazi a ese pací­fico país, se tras­la­da­ron jun­tos a China para rela­tar la gue­rra de libe­ra­ción diri­gida por Chiang Kai-Chek con­tra la inva­sión japo­nesa. Y des­pués de casarse el 21 de noviem­bre de 1940, estu­vie­ron en los diver­sos fren­tes alia­dos en Europa que com­ba­tían al enemigo común ale­mán. Cuando el 25 de agosto de 1944 Heming­way cele­braba la libe­ra­ción de París en el Hotel Ritz, el matri­mo­nio había nau­fra­gado y cada uno estaba por su lado como escri­to­res y perio­dis­tas. Es más, enton­ces el nove­lista se había enamo­rado de otra per­sona con la que se casa­ría  por cuarta vez, Mary Welsh.
La ter­cera mujer del autor de “Por quién doblan las cam­pa­nas” – a quien le dedicó el libro – jamás hablo públi­ca­mente de la vida que com­par­tió con él, sen­ci­lla­mente por­que creía que no era impor­tante. En Notingh Ever Hap­pens to the Brave, que bió­grafo Carl Rolly­son escri­bió sobre ella, el autor reco­noce que la repor­tera jamás acepto una entre­vista con él, por­que con­si­de­raba que todo lo que se que­ría saber de su exis­ten­cia esta­ban en sus artícu­los. “Detesto las bio­gra­fías por que solo se intere­san en tus aman­tes y tus excen­tri­ci­da­des”, le dijo ella a Rolly­son: “se deci­dió man­te­ner los deta­lles de mi vida intima en la oscu­ri­dad”.  No obs­tante, el autor llego a la con­clu­sión de que Heming­way fue el más grande error de su vida, llego a comen­tarle a Nicho­las Sha­kes­peare algu­nos aspec­tos reve­la­do­res de los años que com­par­tió con Heming­way. “Me pro­puso matri­mo­nio con tanta vehe­men­cia que si no acep­taba me ase­si­naba en al acto”. Relato la repor­tera de gue­rra. “Era una inevi­ta­ble atrac­ción de opues­tos. Cuando había deci­dido matarlo, de pronto apa­re­ce­ría con una enorme e irre­sis­ti­ble son­risa. Al ente­rarse mi madre de que me había casado con él, me dijo: “cómo pudiste hacerlo, Martha. Tú eres feliz. No podrán vivir jun­tos”. Tuvo razón. Mi madre fue a la única per­sona de mi fami­lia a quien él quiso, hasta que un día Ernest le envió el manus­crito ori­gi­nal de “El viejo y el mar” y ella se devol­vió dul­ce­mente dicién­dole: “Gra­cias, pero ya tengo el libro”. El nunca más le diri­gió la pala­bra. Era un egoísta y borra­cho. Jamás se atre­vía a con­tes­tar el telé­fono. Cuando escri­bía no exis­tía el mundo para él. Era cho­cante para las muje­res, pero no era muy atrac­tivo en la inti­mi­dad. El sexo para él era una nece­si­dad, como las vita­mi­nas. Al ter­mi­nar mi novela ‘Liana’ me dijo que ‘estaba bien para una chica’, pero a mi madre le había escrito: ‘Es lo mejor que he leído hasta ahora’. La ver­dad es que me limitó en mi tra­bajo. No que­ría que fuera al frente de com­bate. Ya no podía­mos seguir jun­tos. Cuando lo deje y le pedí el divor­cio, al poco tiempo la noti­cia apa­re­ció en la revista ‘Time’. Yo lo único que que­ría era recu­pe­rar mi ape­llido y dejar de ser la mujer de Hemingway”.
“¿Qué sin­tió cuando se entero de que se sui­cido con un dis­paro en la boca?”, le pre­gunto Nicho­las Shakespeare.
“Nada”, fue su única respuesta.
Ella era así,  de carác­ter bronco y deci­dido. En Heming­way: The Final Years, el quinto tomo de la monu­men­tal bio­gra­fía escrita por Michael Rey­nols, reco­noce que fue ella la única mujer que man­tuvo a raya al nove­lista nor­te­ame­ri­cano fan­fa­rrón y des­con­si­de­rado: “Toda su vida él forzó a sus espo­sas a que le pidan el divor­cio para no sen­tirse cul­pa­ble del rom­pi­miento. Con Martha los roles fue­ron al revés. Cuando él regreso a la casa, su esposa ya no estaba y supo de ella solo cuando le reclamo el divor­cio. Por eso jamás le per­do­na­ría la ver­güenza que le hizo pasar”. Así fue como la repor­tera siguió las inci­den­cias del final de la Segunda Gue­rra Mun­dial sin su marido, de quien no supo que se había matado. Ella no había aban­do­nado su carrera; por el con­tra­rio, se dedicó de lleno a los más impor­tan­tes con­flic­tos de la post­gue­rra, como la divi­sión de Corea, el levan­ta­miento popu­lar en Java con­tra los colo­nis­tas holan­de­ses y la gue­rra de inde­pen­den­cia israelí frente a las Nacio­nes Árabes en  Oriente Medio, sin con­tar el jui­cio a los jerar­cas nazis en Nürem­berg. “Los pue­blos no exi­gen nunca gue­rra, como prueba el hecho de que nin­gún pue­blo cree haber ini­ciado una”, escri­bió a prin­ci­pio de los años sesenta. Enton­ces había deci­dido dedi­carse solo a sus nove­las y dejar el perio­dismo, pero el más pavo­roso de los con­flic­tos en los últi­mos cin­cuenta años la devol­vió al campo de bata­lla: Vietnam.

…La curio­si­dad, creo, no tiene lími­tes, se acaba con la muerte. Aun­que he per­dido hace tiempo la cán­dida fe en que el perio­dismosea la luz que ilu­mina los reco­ve­cos de la vida, toda­vía creo que es mucho mejor que la total oscuridad.…”

“He escrito fic­ción por­que era lo que deseaba hacer, y me he dedi­cado al perio­dismo por curio­si­dad”, asi jus­ti­fico su viaje a la penín­sula de Indo­china. “La curio­si­dad, creo, no tiene lími­tes, se acaba con la muerte. Aun­que he per­dido hace tiempo la cán­dida fe en que el perio­dismo sea la luz que ilu­mina los reco­ve­cos de la vida, toda­vía creo que es mucho mejor que la total oscu­ri­dad. Alguien tiene que hacer­nos lle­gar las noti­cias, ya que no pode­mos saber todo por noso­tros mis­mos. Yo no que­ría saber nada de las nue­vas estra­te­gias mili­ta­res, ni ver otra vez como hom­bres jóve­nes se mata­ban unos a otros por orden de sus vetus­tos supe­rio­res. Decidí ir a Viet­nam por­que tenía que saber por mí misma, ya que no lo podía saber por nadie: qué le ocu­rría a aquel pue­blo sin voz de Vietnam”.
En una de sus más memo­ra­bles cró­ni­cas con­cluyó de la siguiente manera un texto sobre la inter­ven­ción nor­te­ame­ri­cana que acabo de modo catas­tró­fica y humi­llante: “La gue­rra de Viet­nam no es en abso­luto un pro­blema exclu­si­va­mente ame­ri­cano; es un pro­blema de todos. Y puede ser nues­tra última opor­tu­ni­dad para enten­der que ya no pode­mos per­mi­tir­nos ni siquiera las gue­rras peque­ñas. Puede que final­mente haya­mos lle­gado al momento de la ver­dad y deba­mos deci­dir que ha que­dado obso­leto, si la gue­rra o la espe­cie huma­nan”. No era una faná­tica que agi­taba a las masas con una pluma fla­mí­gera. Era una obser­va­dora per­ti­naz, y con la segu­ri­dad de haber estado en el terreno de los hechos, se for­jaba una opi­nión. De allí que incluso cri­ti­caba a sus cole­gas: “Son crue­les los repor­ta­jes sobre la gue­rra que pare­cen la des­crip­ción de un par­tido de fut­bol entre un equipo de héroes y otro de villa­nos, en el que el mar­ca­dor refle­jase el ‘número de cadá­ve­res’ y el ‘por­cen­taje de muer­tos’”. Por su obje­ti­vi­dad y vehe­men­cia, su fer­vor incal­cu­la­ble para las víc­ti­mas, sus repor­ta­jes fue­ron inclui­dos en Repor­ting Viet­nam, la más reciente y famosa colec­ción de artícu­los de perio­dis­tas nor­te­ame­ri­ca­nos sobre la gue­rra que un ham­briento y pobre ejer­cito gano a la más pode­rosa escua­dra mili­tar del mundo.
Estuvo en el Medio Oriente para la gue­rra de los Seis, en Nica­ra­gua cuando los “con­tras” finan­cia­dos por la CIA inten­ta­ron derro­car a los san­di­nis­tas, en El Sal­va­dor en los días de la sal­vaje repre­sión mili­tar con los aus­pi­cios de la Casa Blanca, en la inva­sión nor­te­ame­ri­cana de Panamá para derro­car al ex socio inco­modo Manuel Anto­nio Noriega. Tenía más de ochenta años y man­tuvo al tope el entu­siasmo y la indig­na­ción con­tra la gue­rra, como cual­quier otro mucha­cho que recién empieza a repor­tear con­flic­tos. En uno de los últi­mos pre­fa­cios que escri­bió para su colec­ción El ros­tro de la gue­rra, hizo un recuerdo de su exis­ten­cia: “Des­pués de una vida obser­vando la gue­rra, con­si­dero que ésta es una enfer­me­dad humana endé­mica, y que los gobier­nos son sus por­ta­do­res”, se explico: Escribí muy deprisa, como tenía que hacerlo; y siem­pre temía olvi­dar el sonido, el olor, las pala­bras, los ges­tos exac­tos que eran pro­pios de ese momento y ese lugar. Pero la cua­li­dad de estos artícu­los es que son de ver­dad, cuen­tan lo que vi. Puede que recuer­den a otros, como me recuer­dan a mí, el ros­tro de la guerra.
Nicho­las Sha­kes­peare – el escri­tor inglés que vivió en Lima y cuya novela The Dan­cer Ups­tairs (El bai­la­rín del piso de arriba) se ins­pira en la cap­tura de Abi­mael  Guz­man -, cuenta que ella odiaba que no le cre­ye­ran alguna de las his­to­rias que escri­bía. No sopor­taba que se dudase de su tes­ti­mo­nio y expe­rien­cia. “Yo no puedo inven­tar”, solía expre­sar: Aun­que no podía fumar, via­jar, leer o beber, ella estaba al tanto de las noti­cias. “la conocí cuando estaba inves­ti­gando el caso de los niños de la calle Bra­sil”, recordó Sha­kes­peare: “Tenia 87 años y estaba fas­ci­nada con su tra­bajo de perio­dista como una ado­les­cente”. Antes de morir ins­truyo a la hija que adoptó, Sandy, que cre­ma­ran sus res­tos y arro­ja­ran sus ceni­zas al Táme­sis “para con­ti­nuar via­jando”. Ella era Martha Gell­horn. Y bien pudo lla­marse Coraje.
Fuente: La Repú­blica — Angel Páez


Martha Gellhorn
ROLANDO PÉREZ BETANCOURT
Buscando un tema para hablar de los cincuenta años de la muerte de Hemingway me volví a acordar de Martha Gellhorn, su tercera esposa.
HEMINGWAY Y MARTHA.
La conocí en la redacción deGranma, allá en los años ochenta, después de regresar ella de Nicaragua y El Salvador, donde la CIA se había hecho presente en la lucha que libraban ambos pueblos. Me la presentó Marta Rojas y al hacerlo se las arregló para hacerme entender, en elegante clave, que a la Gellhorn no le gustaba hablar de su antiguo esposo, ni tampoco que la identificaran con él.
En realidad la periodista y escritora no lo necesitaba porque desde hacía rato era considerada la corresponsal de guerra más brillante del siglo XX. Una presencia constante la suya en frentes de batalla a partir de la contienda civil española, y una calidad literaria en sus crónicas sustentada no solo por una prosa limpia, directa, sin sombra de esos adjetivos que tanto malogran el género, sino también por reflexiones morales que le hicieron cargar tintas contra los presidentes Nixon y Johnson, durante la guerra de Vietnam, que cubrió bajo las balas.
A veces la tacharon de "izquierdista", pero cuando hizo falta puso en primera línea los errores de la izquierda.
Aunque no era bonita en la concepción clásica, impresionaba la presencia física de Martha Gellhorn, sonriente, escrutando con sus ojos verdes la avidez por saber de su interlocutor. Era entonces una septuagenaria en aquella noche en Granma, pero poseía el encanto de los muchos misterios¼ a los que me gustaría acercarme en una entrevista ––le dije poniendo mi mejor cara.
NO PICÓ EL ANZUELOElla no daba entrevistas ––se disculpó, y la aseveración la fui comprobando a lo largo de los años–– porque todo cuanto tendría que decir estaba en sus escritos, ampliamente recogidos en libros.
Palabras más o menos similares reproduciría años después su biógrafo, Call Rolly, al decir que Martha jamás habló públicamente de Hemingway, "sencillamente porque creía que no era importante". Y reconoció el autor que para la confección del libro, nunca aceptó una entrevista, además de hacerle ver que detestaba las biografías, "porque solo se interesaban en tus amantes y tus excentricidades".
Pero quedó claro para el biógrafo Call Rolly que aunque la Gellhorn se empeñaba en mantener en las sombras su relación íntima con Hemingway, consideraba el matrimonio de cuatro años con él como el error más grande su vida.
Viendo aquella noche de los años ochenta a Martha Gellhorn no pude menos que imaginármela en 1936, rubia, alta, conociendo a los 28 años de edad al ya aplaudido autor de Fiesta Adiós a las armas en un bar de Key West, impresionándolo con su disposición de aspirante a escritora, ¡no periodista!, dispuesta a ir a cualquier parte con tal de tomarle el pulso a la vida.
Él le inventó una credencial y se la llevó a España. Ella misma ha confesado que dejaba transcurrir los días en un hotel de Madrid sin hacer nada, hasta que una tarde estalló una bomba en las afueras y al precipitarse al exterior y preguntar lo ocurrido (el clásico qué de cualquier inicio periodístico) redactó su primera crónica.
"Solo Martha fue capaz de mantener a raya a Hemingway en sus posturas machistas", escribió Michael Reynols en la monumental Hemingway, el final de los años, una obra de cinco tomos en la que cuenta que Martha Gellhorn, libre e independiente, fue la única mujer en dejársela en la mano al escritor, "quien solo supo de ella cuando reclamó el divorcio".
Seis décadas se mantuvo Martha cubriendo los más diversos frentes de combate (con una destacada labor durante la Segunda Guerra Mundial) y hasta los ochenta años se le pudo ver con una disposición envidiable saltando entre los cinco continentes, hasta que murió en 1998, a los 89 años de edad.
Habría que leerla en extenso para comprobar la calidad de su prosa, su sensibilidad y convencimientos morales.
"La curiosidad ––escribió––, creo, no tiene límites, se acaba con la muerte. Aunque he perdido hace tiempo la cándida fe en que el periodismo sea la luz que ilumina los recovecos de la vida, todavía creo que es mucho mejor que la total oscuridad."

En cuanto a la muerte por suicidio de Hemingway, del que ahora se cumplen cincuenta años, asegura su gran amigo Nicholas Shakespeare que al preguntarle qué había sentido tras conocer la noticia, "nada" fue la única respuesta de Martha Gellhorn.



Lalola - Teleserie Original Argentina - Canal América TV - Cap. 147 (COMPLETA)

Esta comedia trata sobre un hombre machista llamado Ramiro “Lalo” Padilla, exitoso en todos sus aspiraciones: es director de la editorial High Five, editora de la famosa revista “Don”, y tiene a su alrededor a muchas mujeres a las cuales intenta conquistar sin establecer con ellas ningún tipo de compromiso. Romina, quien está enamorada de Lalo y es desechada por el mismo, decide vengar la falta de consideración de Lalo recurriendo a una bruja. Las dos mujeres realizan un hechizo durante un eclipse lunar y convierten a Lalo en una mujer muy hermosa para que sienta lo desesperante que es para una mujer ser acosada con la mirada.
Cuando Lalo despierta y descubre su nuevo cuerpo entra en pánico, al igual que su incondicional amiga Grace, pues ese día debe presentar un nuevo proyecto editorial. Con la ayuda de su amiga –que se convertirá en uno de sus pilares con el correr de la serie-, Lalo asume la identidad de Dolores “Lola” Padilla, la prima ficticia del director de High Five. Aduciendo que Lalo tuvo que irse a Alemania por problemas familiares, Lola reemplaza a su supuesto primo para poder seguir desempeñando su trabajo.
A partir de esto comienzan a suceder situaciones muy divertidas en las cuales Lalo comienza a descubrir, de la mano de Grace, todas las cosas que hacen a la mujer distinta del hombre: Usar tacones, vestir faldas, menstruar, etcétera. Poco a poco, comienza a notar lo falsas que eran algunas personas con Lalo, como su mejor amigo Gastón Zack, uno de los principales opositores a la presencia de Lola en la editorial. Junto a él está Victoria, para boicotear a la nueva jefa y ocasionalmente algún otro personaje como Natalia Aguirre o su madre Carola. Pero Lola también cuenta con algunos aliados como Donato Aguirre, el presidente de High Five a quien ella se mete rápidamente en el bolsillo y Facundo, el fotógrafo que comienza a demostrar interés en la forma femenina de Lalo.
Sin darse cuenta, Lola y Facundo comienzan a acercarse pero Lola pone frenos constantemente dado que experimenta las contradicciones de su nueva identidad: aceptar que quiere a Facundo sería, en cierta forma, asumir otra sexualidad.

Capítulo 1
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Capítulo 2
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Capítulo 3
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Capítulo 4
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Capítulo 5
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Capítulo 6
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Capítulo 7
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Capítulo 8
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Capítulo 9
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Capítulo 10
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Capítulo 11
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Capítulo 12
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Capítulo 13
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Capítulo 14
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Capítulo 15
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Capítulo 17
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Capítulo 18
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Capítulo 19
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Capítulo 20
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Capítulo 21
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Capítulo 22
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Capítulo 23
http://freakshare.com/files/k0hh55ls/Lalola023.2007.avi.html

Capítulo 24
http://freakshare.com/files/cd7hg2o9/Lalola024.2007.avi.html

Capítulo 25
http://freakshare.com/files/v3azdnp9/Lalola025.2007.avi.html

Capítulo 26
http://freakshare.com/files/w0rqy5wc/Lalola026.2007.avi.html

Capítulo 27
http://freakshare.com/files/nzr7tghq/Lalola027.2007.avi.html

Capítulo 28
http://freakshare.com/files/dfmlbqjt/Lalola028.2007.avi.html

Capítulo 29
http://freakshare.com/files/oc0xetuw/Lalola029.2007.avi.html

Capítulo 30
http://freakshare.com/files/a3kfxtff/Lalola030.2007.avi.html

Capítulo 31
http://freakshare.com/files/la0diavu/Lalola031.2007.avi.html

Capítulo 32
http://freakshare.com/files/ff6td6dz/Lalola032.2007.avi.html

Capítulo 33
http://freakshare.com/files/bl75f08q/Lalola033.2007.avi.html

Capítulo 34
http://freakshare.com/files/oivtm6ud/Lalola034.2007.avi.html

Capítulo 35
http://freakshare.com/files/u004sguf/Lalola035.2007.avi.html

Capítulo 36
http://freakshare.com/files/pjt7wdjv/Lalola036.2007.avi.html

Capítulo 37
http://freakshare.com/files/lelclh1o/Lalola037.2007.avi.html

Capítulo 38
http://freakshare.com/files/jmu95qt1/Lalola038.2007.avi.html

Capítulo 39
http://freakshare.com/files/ong3ahpe/Lalola039.2007.avi.html

Capítulo 40
http://freakshare.com/files/b4l0htu2/Lalola040.2007.avi.html

Capítulo 41
http://freakshare.com/files/dnku0ma5/Lalola041.2007.avi.html

Capítulo 42
http://freakshare.com/files/mjp8hjzs/Lalola042.2007.avi.html

Capítulo 43
http://freakshare.com/files/r1iwyx01/Lalola043.2007.avi.html

Capítulo 44
http://freakshare.com/files/x593y6ab/Lalola044.2007.avi.html

Capítulo 45
http://freakshare.com/files/osagh926/Lalola045.2007.avi.html

Capítulo 46
http://freakshare.com/files/iydcdhp3/Lalola046.2007.avi.html

Capítulo 47
http://freakshare.com/files/mmzz0k6a/Lalola047.2007.avi.html

Capítulo 48
http://freakshare.com/files/hcvajv8k/Lalola048.2007.avi.html

Capítulo 49
http://freakshare.com/files/xjn4vh1z/Lalola049.2007.avi.html

Capítulo 50
http://freakshare.com/files/twbhd3zo/Lalola050.2007.avi.html

Capítulo 51
http://freakshare.com/files/nwhwhtr7/Lalola051.2007.avi.html

Capítulo 52
http://freakshare.com/files/qyzt71i8/Lalola052.2007.avi.html

Capítulo 53
http://freakshare.com/files/jjkwkprh/Lalola053.2007.avi.html

Capítulo 54
http://freakshare.com/files/h8l8113v/Lalola054.2007.avi.html

Capítulo 55
http://freakshare.com/files/vo5pwsmm/Lalola055.2007.avi.html

Capítulo 56
http://freakshare.com/files/ghbsh716/Lalola056.2007.avi.html

Capítulo 57
http://freakshare.com/files/kf8nmd73/Lalola057.2007.avi.html

Capítulo 58
http://freakshare.com/files/8siraq4y/Lalola058.2007.avi.html

Capítulo 59
http://freakshare.com/files/h9eqthmd/Lalola059.2007.avi.html

Capítulo 60
http://freakshare.com/files/ieedgoo3/Lalola060.2007.avi.html

Capítulo 61
http://freakshare.com/files/ch8bivi3/Lalola061.2007.avi.html

Capítulo 62
http://freakshare.com/files/i8n3yew9/Lalola062.2007.avi.html

Capítulo 63
http://freakshare.com/files/ekq1ettr/Lalola063.2007.avi.html

Capítulo 64
http://freakshare.com/files/dulxyato/Lalola064.2007.avi.html

Capítulo 65
http://freakshare.com/files/1vr213qj/Lalola065.2007.avi.html

Capítulo 66
http://freakshare.com/files/5ivyjt1j/Lalola066.2007.avi.html

Capítulo 67
http://freakshare.com/files/z8fspdv5/Lalola067.2007.avi.html

Capítulo 68
http://freakshare.com/files/djfq1ahf/Lalola068.2007.avi.html

Capítulo 69
http://freakshare.com/files/vkpr2egt/Lalola069.2007.avi.html

Capítulo 70
http://freakshare.com/files/i6cfsu8a/Lalola070.2007.avi.html

Capítulo 71
http://freakshare.com/files/r8xmtfmm/Lalola071.2007.avi.html

Capítulo 72
http://freakshare.com/files/1ij7bbf1/Lalola072.2007.avi.html

Capítulo 73
http://freakshare.com/files/wx5eyyyu/Lalola073.2007.avi.html

Capítulo 74
http://freakshare.com/files/pu6gipv9/Lalola074.2007.avi.html

Capítulo 75
http://freakshare.com/files/dg6jkeqh/Lalola075.2007.avi.html

Capítulo 76
http://freakshare.com/files/kxvdo6tu/Lalola076.2007.avi.html

Capítulo 77
http://freakshare.com/files/fkp9alha/Lalola077.2007.avi.html

Capítulo 78
http://freakshare.com/files/h9t3957z/Lalola078.2007.avi.html

Capítulo 79
http://freakshare.com/files/rql3bpex/Lalola079.2007.avi.html

Capítulo 80
http://freakshare.com/files/1fpaqvxr/Lalola080.2007.avi.html

Capítulo 81
http://freakshare.com/files/jgnee5z7/Lalola081.2007.avi.html

Capítulo 82
http://freakshare.com/files/dw1df12f/Lalola082.2007.avi.html

Capítulo 83
http://freakshare.com/files/wwjg9p97/Lalola083.2007.avi.html

Capítulo 84
http://freakshare.com/files/fegw8xiy/Lalola084.2007.avi.html

Capítulo 85
http://freakshare.com/files/m8zayvlv/Lalola085.2007.avi.html

Capítulo 86
http://freakshare.com/files/m02bsdfa/Lalola086.2007.avi.html

Capítulo 87
http://freakshare.com/files/9wtwjs1m/Lalola087.2007.avi.html

Capítulo 88
http://freakshare.com/files/xsfxisld/Lalola088.2007.avi.html

Capítulo 89
http://freakshare.com/files/ojzvss3k/Lalola089.2007.avi.html

Capítulo 90
http://freakshare.com/files/5xunqwu8/Lalola090.2007.avi.html

Capítulo 91
http://freakshare.com/files/vzscsdud/Lalola091.2007.avi.html

Capítulo 92
http://freakshare.com/files/1sihudqx/Lalola092.2007.avi.html

Capítulo 93
http://freakshare.com/files/h8ra8pej/Lalola093.2007.avi.html

Capítulo 94
http://freakshare.com/files/f3zhj2bp/Lalola094.2007.avi.html

Capítulo 95
http://freakshare.com/files/46w8nx3p/Lalola095.2007.avi.html

Capítulo 96
http://freakshare.com/files/598mx5ox/Lalola096.2007.avi.html

Capítulo 97
http://freakshare.com/files/ez315phn/Lalola097.2007.avi.html

Capítulo 98
http://freakshare.com/files/brxyb0yz/Lalola098.2007.avi.html

Capítulo 99
http://freakshare.com/files/tyo44cih/Lalola099.2007.avi.html

Capítulo 100
http://freakshare.com/files/b498r0xi/Lalola100.2007.avi.html

Capítulo 101
http://freakshare.com/files/h7jdrljb/Lalola101.2007.avi.html

Capítulo 102
http://freakshare.com/files/lvpcr6zg/Lalola102.2007.avi.html

Capítulo 103
http://freakshare.com/files/kbd7ybee/Lalola103.2007.avi.html

Capítulo 104
http://freakshare.com/files/u062lt41/Lalola104.2007.avi.html

Capítulo 105
http://freakshare.com/files/m86dyog3/Lalola105.2007.avi.html

Capítulo 106
http://freakshare.com/files/6vny39o2/Lalola106.2007.avi.html

Capítulo 107
http://freakshare.com/files/n6661dwt/Lalola107.2007.avi.html

Capítulo 108
http://freakshare.com/files/69du5w6a/Lalola108.2007.avi.html

Capítulo 109
http://freakshare.com/files/7vtgz5vi/Lalola109.2007.avi.html

Capítulo 110
http://freakshare.com/files/gq8kdn1j/Lalola110.2007.avi.html

Capítulo 111
http://freakshare.com/files/slllj23e/Lalola111.2007.avi.html

Capítulo 112
http://freakshare.com/files/x9hh33y6/Lalola112.2007.avi.html

Capítulo 113
http://freakshare.com/files/w6k6rggs/Lalola113.2007.avi.html

Capítulo 114
http://freakshare.com/files/z3blckf5/Lalola114.2007.avi.html

Capítulo 115
http://freakshare.com/files/8go2styq/Lalola115.2007.avi.html

Capítulo 116
http://freakshare.com/files/q0gmz3a4/Lalola116.2007.avi.html

Capítulo 117
http://freakshare.com/files/z0br838d/Lalola117.2007.avi.html

Capítulo 118
http://freakshare.com/files/v36andbt/Lalola118.2007.avi.html

Capítulo 119
http://freakshare.com/files/k5rdfke3/Lalola119.2007.avi.html

Capítulo 120
http://freakshare.com/files/o68a5oi6/Lalola120.2007.avi.html

Capítulo 121
http://freakshare.com/files/abpbslag/Lalola121.2007.avi.html

Capítulo 122
http://freakshare.com/files/khqdk4z5/Lalola122.2007.avi.html

Capítulo 123
http://freakshare.com/files/d2f61qkq/Lalola123.2007.avi.html

Capítulo 124
http://freakshare.com/files/546548yh/Lalola124.2007.avi.html

Capítulo 125
http://freakshare.com/files/gzpey4vv/Lalola125.2007.avi.html

Capítulo 126
http://freakshare.com/files/kfurvzpn/Lalola126.2007.avi.html

Capítulo 127
http://freakshare.com/files/8rtey7bu/Lalola127.2007.avi.html

Capítulo 128
http://freakshare.com/files/i3wfpjuf/Lalola128.2007.avi.html

Capítulo 129
http://freakshare.com/files/7jwb3xy8/Lalola129.2007.avi.html

Capítulo 130
http://freakshare.com/files/6r7nybhl/Lalola130.2007.avi.html

Capítulo 131
http://freakshare.com/files/6dcjj2or/Lalola131.2007.avi.html

Capítulo 132
http://freakshare.com/files/cwusqne9/Lalola132.2007.avi.html

Capítulo 133
http://freakshare.com/files/qx9o7w1m/Lalola133.2007.avi.html

Capítulo 134
http://freakshare.com/files/mdnqyn3h/Lalola134.2007.avi.html

Capítulo 135
http://freakshare.com/files/pdf79lg8/Lalola135.2007.avi.html

Capítulo 136
http://freakshare.com/files/qs9z57oc/Lalola136.2007.avi.html

Capítulo 137
http://freakshare.com/files/tyj26nne/Lalola137.2007.avi.html

Capítulo 138
http://freakshare.com/files/p12ghclx/Lalola138.2007.avi.html

Capítulo 139
http://freakshare.com/files/m2wc0pk5/Lalola139.2007.avi.html

Capítulo 140
http://freakshare.com/files/8eg3pcba/Lalola140.2007.avi.html

Capítulo 141
http://freakshare.com/files/zk4q27yx/Lalola141.2007.avi.html

Capítulo 142
http://freakshare.com/files/mrqs1qal/Lalola142.2007.avi.html

Capítulo 143
http://freakshare.com/files/jki2bo3r/Lalola143.2007.avi.html

Capítulo 144
http://freakshare.com/files/gjgfisb9/Lalola144.2007.avi.html

Capítulo 145
http://freakshare.com/files/kao0aeyg/Lalola145.2007.avi.html

Capítulo 146
http://freakshare.com/files/jcuzxhjo/Lalola146.2007.avi.html

Capítulo 147
http://freakshare.com/files/y34o2fp9/Lalola147.2007.avi.html FINAL

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